"El fútbol es libertad", dijo alguna vez la leyenda del regee Bob Marley. Para él fue mucho más que eso. Con el se hizo de amigos jugadores, periodistas deportivos y músicos gustadores de la redonda en el mundo.
Y también le produjo lesiones que le molestaron en conciertos, grabaciones, y este juego fue el que causó la herida madre de su problema, que años mas tarde le provocarían la inmortalidad.
Y también le produjo lesiones que le molestaron en conciertos, grabaciones, y este juego fue el que causó la herida madre de su problema, que años mas tarde le provocarían la inmortalidad.
Cuando tomaba su guitarra para enloquecer a sus fans, el fútbol nunca estuvo alejado. Como si fuera un rito, la leyenda del Reggae hacía "jueguitos" con la pelota en la previa a un show. El micro que lo transportaba siempre estaba equipado con una Televisión para permitir ver algún que otro partido.
Bob Marley entendía que la música y el fútbol eran una sola esencia y nada podía separarlos.
No es un secreto: amó el fútbol tanto como al Reggae, y en cada reportaje decía que si él no fuera músico habría sido futbolista. Incluso, su mejor amigo, Alan "Skill" Cole, era el mejor jugador profesional de Jamaica.
Nunca dejó de revelar: "Yo tengo dos pasiones: el Reggae y el Fútbol".